En un sector históricamente caracterizado por su baja productividad, la edificación afronta hoy un entorno especialmente exigente:
En este contexto, mejorar los procesos constructivos ya no es opcional: es un factor de viabilidad empresarial. Y aquí es donde la metodología Lean Construction ofrece un marco robusto para transformar la forma en que planificamos y ejecutamos nuestras obras.
La planificación es, con frecuencia, el punto más débil de los proyectos de edificación tradicionales. Se planifica de forma aislada, desde las oficinas técnicas, y rara vez se involucra a quienes finalmente ejecutarán las tareas.
El enfoque Lean propone una planificación colaborativa, en la que todos los agentes (dirección facultativa, promotor, contratistas, subcontratas y oficios) participan en la definición de secuencias y duraciones, lo que permite:
La planificación deja de ser un documento estático para convertirse en una herramienta viva de coordinación, control y mejora continua.
Lean Construction adapta a la construcción los principios desarrollados en la industria manufacturera por el sistema de producción de Toyota. Su aplicación en obra se traduce en:
Estos principios permiten hacer más con menos, pero también mejor, elevando la calidad final y reduciendo la huella ambiental al minimizar el despilfarro de recursos.
La escasez de mano de obra y el aumento de los requisitos de calidad y sostenibilidad exigen un cambio de paradigma en la gestión de obra.
No se trata solo de incorporar nuevas tecnologías o materiales, sino de repensar los procesos:
La adopción de Lean no implica una implantación disruptiva, sino una transición cultural progresiva que requiere liderazgo, formación y disciplina en la aplicación.
La construcción debe dejar atrás el modelo basado en la reacción y el sobreesfuerzo puntual, y avanzar hacia un modelo planificado, estable, colaborativo y predecible.
La metodología Lean ofrece el marco para conseguirlo: menos desperdicio, más valor, más fiabilidad.
En un momento en el que los recursos escasean y las exigencias aumentan, la eficiencia ya no es una opción: es la única forma de sostener la competitividad.
Javier Alonso. Ingeniero Industrial.